martes, 7 de abril de 2015

Supongo que esta es la parte más complicada. Cuando haces fuerza (y te duele como la puta madre) por liberarte de las cuerdas que te atan a tus miedos de base, en los que ya no crees ni querés, y sólo pensás en soltarte de una buena vez para poder correr hacia ese borde y saltar a esa pileta que es un océano, pero así y todo, dudas que no tenga agua.
Y reforzando los nudos marineros, del otro lado también estoy yo.
Pelear(me) para encontrar mi casa.

Round 1.